Reseña de la Vida es Bella



LA VIDA ES BELLA


    Ambientada en la Italia fascista de 1939, La Vida es Bella, película galardonada con más de 50 premios (entre ellos los Óscar) es una comedia dramática dirigida por Roberto Benigni en la cual se refleja la situación de la II Guerra Mundial y el Holocausto Nazi desde el punto de vista de un padre y un hijo de origen judío.
    Durante el comienzo de la II Guerra Mundial, Guido Orefice, (Roberto Benigni) un joven italiano se establece en Arezzo junto a su tío con el objetivo de trabajar como camarero en su hotel. Allí conoce a Dora (Nicoletta Braschi) quien será su futura esposa y madre de Giosuè, el fruto de su amor (Giorgio Cantarini).
    Debido a la alianza de Italia con la Alemania nazi, semitas como Guido, Giosuè y su tío Eliseo (asesinado en las cámaras de gas) son deportados a campos de concentración con el objetivo de explotar y exterminar a la raza judía. A ellos se une Dora que se niega a abandonar a su familia acompañándolos en este terrible viaje.
    Separados por sexos, Guido llega junto a su hijo al campo de trabajo nazi junto a los demás hombres y gracias a su imaginación, le hace creer que la experiencia que van a vivir es un juego en el cual, si se gana 1.000 puntos, la recompensa será un auténtico tanque de guerra. El padre crea una burbuja artificial, un mundo paralelo llamado juego con un toque de humor entrañable para proteger al niño.
    Se trata de una película enternecedora a la vez que triste, pues en todo momento somos conscientes del horror vivido en los campos de concentración a pesar de la fantasía que Guido añade a esta experiencia para que su pequeño no sufra y consiga sobrevivir sin adquirir secuelas postraumáticas. Este filme es una clara representación del amor incondicional y los sacrificios que ello conlleva, ocultando así nuestro protagonista su agonía y dolor en un acto de estima increíble.
    Si nos centramos en el contexto sociopolítico, la película ambienta a la perfección la situación anti semitista vivida en los países totalitarios o invadidos por la potencia fascista, Alemania, además del aumento de tensiones crecientes entre la población debido al auge xenófobo y al comienzo inminente de la II Guerra Mundial.
    Como hemos comentado con anterioridad, el país italiano pertenecía al Eje (Alemania, Japón e Italia) por este motivo cualquier judío, homosexual o persona non grata según los regímenes autoritarios corría el riesgo de ser trasladada a campos de trabajo nazis, dando lugar así al temible Holocausto Nazi.
    En el desenlace de esta obra cinematográfica del siglo XX se plasma la huida nazi y el intento de exterminio de los judíos que habían sobrevivido siguiendo órdenes expresas de Hitler. Asimismo asistimos a la intervención aliada (Gran Bretaña, URSS, Estados Unidos, Polonia y Francia) en el campo de nuestros protagonistas, simbolizando así el final de la guerra (1945) y la derrota de los alemanes y sus aliados.
    Esta película que rasga el alma nos hace reflexionar sobre el yin y el yang del ser humano representado en la malignidad del nazismo, el odio irracional a algo o alguien, y en la otra cara de la moneda el ser humano más bello y tierno representado por el amoroso padre.
    En conclusión, esta joya del cine nos transmite el poderoso mensaje de ver el lado positivo de la vida incluso en circunstancias tan deplorables como son una guerra y en particular una tan cruenta, la mayor en la historia de la humanidad, y esperemos nunca superada en maldad como el Holocausto nazi.


Malena Caballero Ferrero y Alia Qatarneh

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